Alumnos de segundo grado de la escuela primaria Abraham González de la colonia conocida como La Quemada no fueron a clase este lunes, ante la presencia de un compañerito que califican las madres de familia como violento. Ha llegado intentar ahorcar y agredir con lápices y tornillos a los alumnos, incluso mordido a la maestra.

Madres de familia, esperaban ayer temprano a la directora Amelia Salas, a quien expondrían nuevamente la situación de peligro que viven los estudiantes de dicho grupo.

Recordaron que el pasado viernes pusieron en antecedentes de la problemática a la Comisión Estatal de los Derechos Humanos región centro-sur, organismo que acudió y reinstaló al niño que estaba siendo atendido en la biblioteca, luego de morder y patear a la maestra del grupo.

El disgusto se dio porque Derechos Humanos está tomando en cuenta los derechos del niño, pero está dejando de atender al resto de los alumnos de segundo grado.

"Mi hijo trae de compañero a este niño violento desde kínder, y en ese tiempo ya lo trató de ahorcar, ya le encajó un lápiz en la espalda, ya lo aventó contra el calentón. En este último incidente, mi niño traía puesto el gorrito, sino hubiera resultado quemado", detalló una de las mamás reunidas ayer.

Del total de 16 alumnos que integran el grupo, solo dos, entre ellos el niño señalado y una niña, acudieron a clase. El problema es que el menor es muy violento y lleva juguetes peligrosos.

El pasado viernes el papá del menor, de quien se dice es el comisario de la colonia, se comprometió a atender a su hijo, con un tratamiento que le haga bajar su nivel de agresividad.

"No estamos en contra de que el niño esté en la escuela, lo que exigimos es que sea atendido para que baje su nivel de agresividad, con el apoyo de Usaer (Unidad de Servicios de Apoyo a la Educación Regular) por ejemplo, antes de que llegue a pasar una verdadera tragedia".

La situación es muy complicada, sostuvieron las mamás, sobre todo porque no se resuelve el caso. Derechos Humanos debe de considerar el derecho a la no violencia del resto de los niños que ya no quieren ir a la escuela por miedo a este alumno. Muchos lloran porque no quieren asistir a clase.

Esperan que para hoy se le dé atención al caso, porque no sería justo que los alumnos de segundo pierdan clase porque tienen miedo ir a la escuela.