“Tuve la oportunidad de tener una mejor vida, a mí de chavo me iban a adoptar en los Estados Unidos, y lo eche a perder por las drogas”, hoy después de varios tropiezos en su vida Carlos de Nicaragua busca regresar a California, en donde espera poder tener una mejor vida, y ahora si poder enviar a su familia dinero pues desde que salió a más de 30 años no ha vuelto a saber nada de ellos y espera que teniendo algo que entregarles le perdonen.

Carlos Alberto Dorantes García, de Managua en Nicaragua, dijo ya hacer realizado este mismo viaje durante 3 ocasiones, y durante estos viajes se sufre mucho muchas experiencias, sino que cuando es la primera vez se sufre mucho más pero vas a prendiendo cuando ya lo haces varias veces.

“Ya sabes cómo sobrevivir, hay personas que se suben hasta sin suéter y no toleran el frio en la noche, es un poco difícil, y como nosotros ya llevamos varios viajes les decimos”, señaló.

Con la mirada hacia el suelo, y su voz baja, platico que busca ir a California, en donde ya había estado, de hecho en ese lugar ya había ido a la escuela, baja a un más la mirada y entre suspiros dice que por errores que cometió fue deportado.

“El error más grande fue que era inexperto en edad, es algo de lo que me arrepiento mucho, oportunidades que se dejan pasar…. Me salí de la casa de mis tutores, quienes me iban a adoptar, pero, son errores que se cometen”.

Con casi lágrimas en los ojos, dice que salió de su casa y comenzó a consumir drogas, calificándolo como su peor error, cuando aún tenía 12 años.

Como puede toma aire, y casi regresa el dolor a donde estaba para seguir platicando que por eso quiere regresar y empezar nuevo, solo que como ya tiene dos deportaciones si lo agarran lo detienen, por eso “si voy a brincar, tiene que ser en un buen intento”.

Ahora con 37 años, asegura que de su familia en Nicaragua no sabe nada hace varios años, nunca les mando dinero, y ahora en busca de este nuevo intento quiere comenzar a mandarles y así poder recuperarlos, “nunca hice nada, no mande nada, es la verdad para que le hecho mentiras, dentro de mi corazón me arrepiento, pero ya no logro nada, ahora solo queda echarle ganas a otra oportunidad”.

Carlos toma su bola de cobijas amarradas con un pedazo de tela al parecer parte de su ropa y se pierde entre las vías con rumbo a Meoqui, en donde espera poder tomar el tren y seguir su camino.