En la Diócesis de Parral, al mando del obispo Mauricio Urrea, tienen la hipótesis bien fundada de que fue la rotación de sicarios de uno de los grupos criminales, Los Salgueiro, lo que derivó en la agresión contra el sacerdote Lorenzo Medina y otras cinco personas del agitado Seccional de Dolores.
Los disparos contra la camioneta parroquial fueron el día viernes 17 de enero al mediodía, a 15 minutos de su pueblo; ante el ataque, se regresó a la cabecera municipal de Guadalupe y Calvo, con una herida en su hombro y una mujer gravemente lesionada, de un disparo en la cara, que la libró de forma casi milagrosa.
Un día antes, en el mismo trayecto, el padre Medina circuló sin problema alguno, ante la vista de halcones y sicarios que patrullan la región y montan sus retenes para detectar rivales, sin meterse, supuestamente, con las personas de paz de las comunidades serranas.
Por eso, la idea de la confusión es la más arraigada entre el clero que conoce los intrincados caminos que le corresponden a la Cuasi Parroquia de Nuestra Señora del Rosario en el bonito, pero peligroso, pueblo de Dolores.
Los disparos contra la camioneta parroquial fueron el día viernes 17 de enero al mediodía, a 15 minutos de su pueblo; ante el ataque, se regresó a la cabecera municipal de Guadalupe y Calvo, con una herida en su hombro y una mujer gravemente lesionada, de un disparo en la cara, que la libró de forma casi milagrosa.
Un día antes, en el mismo trayecto, el padre Medina circuló sin problema alguno, ante la vista de halcones y sicarios que patrullan la región y montan sus retenes para detectar rivales, sin meterse, supuestamente, con las personas de paz de las comunidades serranas.
Por eso, la idea de la confusión es la más arraigada entre el clero que conoce los intrincados caminos que le corresponden a la Cuasi Parroquia de Nuestra Señora del Rosario en el bonito, pero peligroso, pueblo de Dolores.