Moscú. Al concluir el tercer día de votación para elegir presidente de Rusia, se hizo oficial lo que, desde que se reformó la Constitución en 2020 con el propósito de que el impulsor de las enmiendas pueda gobernar hasta 2036, los analistas daban por descontado: el titular del Kremlin, Vladimir Putin, obtuvo este domingo un triunfo abrumador en los comicios, frente a tres candidatos intrascendentes, y con el más alto porcentaje de participación de la historia reciente de este país.
Cerradas las casillas en Kaliningrado, el antiguo Königsberg prusiano, el huso horario más occidental de los once que tiene Rusia, la Comisión Electoral Central (CEC) comenzó a dar los resultados preliminares del escrutinio, que no dejaron sitio a la duda: Putin superó con creces a sus rivales formales en las urnas.
Más tarde, ya con 50 por ciento de las boletas escrutadas, Putin consiguió 87.34 por ciento de los votos; el comunista Nikolai Jaritonov, 4.11 por ciento; el liberal Vladislav Davankov, 4.01 por ciento; y el ultranacionalista Leonid Slutsky, 3.11 por ciento.
Nunca antes Putin había ganado unos comicios con tanto apoyo: en 2000, sacó 50.9 por ciento de los votos; en 2004, 70.1 por ciento; en 2012, 63.6 por ciento; y en 2018, 76.6 por ciento.
La participación, según el CEC, alcanzó el 74.22 por ciento del padrón, todo un récord de asistencia en unas presidenciales rusas.
De este modo, se cumplieron las dos metas –más de 80 por ciento de votos y más de 70 por ciento de afluencia– que fijó el Kremlin para estos comicios, lo cual debe mostrar al mundo que la mayoría absoluta de la población rusa respalda a su líder y, en particular, su “operación militar especial” en Ucrania.
Conseguida la legitimación en las urnas, Putin seguirá despachando al frente de este país al menos hasta 2030, habida cuenta de que puede ser reelecto para un sexenio más, el sexto mandato a partir del momento en que el controvertido Boris Yeltsin lo nombró su sucesor en 1999.
Información: La Jornada.